El idioma mocoví permanece vivo en las escuelas bilingües
En la preservación de esta lengua autóctona, enseñarla a los más chicos es una tarea fundamental. Esta tarea se lleva adelante en las escuelas bilingües de la provincia. En total, hay 4.869 estudiantes bajo esa modalidad. Hoy, una vez más, se tienen que adaptar a las condiciones externas.
Preservar la cultura. Ese es uno de los objetivos de las escuelas que enseñan mocoví y castellano. Los habitantes originarios de esa etnia cuentan con la posibilidad de mantener su idioma y sus raíces que son precolombinas. Los pueblos originarios son una minoría en la demografía diversa de la provincia de Santa Fe, aunque son los que estaban antes que nadie en estas tierra.
El aislamiento obligatorio golpeó a todos en Argentina. Los más vulnerables son siempre los que menos recursos tienen para hacer frente a esta circunstancia especial. “Cada lugar tiene su particularidad y decidió, o seguir dándole por raciones y viandas, otros por bolsones, otros articularon con municipios. Trabajamos con Salud con las comunidades”, dijo Cian.
“La mayoría no tiene todos los elementos tecnológicos para poder trabajar. Se ha llegado a cada uno de los alumnos con este material. En los materiales de la Provincia, está lo que tiene que ver con la educación intercultural bilingüe”, afirmó la funcionaria.
En tanto, Miguel Vásquez es un docente reemplazante de la Escuela Intercultural 1.378 de Calchaquí, en el departamento Vera. “Hay maestros idóneos que enseñan la lengua para que la lengua no se pierda. Enseñamos nuestra cultura, música, artesanías”, expresó Vásquez. “Siempre faltan cosas, pero seguimos en la lucha para crear más escuelas bilingües”, agregó el docente. En su establecimiento, se enseña de primero a cuarto grado. Unos 90 chicos concurren a la escuela. “Queremos rescatar todo para que no se pierda. Hay muchas comunidades que ya están perdiendo la lengua. Hay gente que ahora vive en ciudad, quizás no conocen la cultura”, dijo Miguel.
Una lucha difícil
Desde el siglo pasado, los mocovíes se han tenido que adaptar a las condiciones impuestas por otros. “Ellos después del último malón que fue el 29 de abril de 1904 tuvieron una desintegración y se fueron desparramando a lo largo de toda la provincia. En los años ‘80 empezaron a reunirse y a formar grupos. De ahí salió la organización Ocasafe (Organizaciones de Comunidades Aborígenes de Santa Fe). Luego, con la democracia, empezaron a organizarse las comunidades. Con la Constitución del ‘94 se les reconoció la preexistencia étnica, el derecho a una educación intercultural bilingüe. Fueron avanzando y hoy tienen logros a través de toda esta legislación”.
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